24 de Enero de 2013
El día 25 de Diciembre del 2012 puse en la web lo que yo pensaba sobre los terremotos de “La Loma”. Lo hice sin dar demasiadas explicaciones con la idea que algún sesudo intelectual  de la Universidad creyera en esta hipótesis y la desarrollara. Me consta que ha llegado a conocimiento de la Universidad y lo han descartado. Ahora es cuando me toca explicar el porqué de esta hipótesis.
Me vais a perdonar que sea muy básico en mi explicación ya que lo que pretendo es que se entere el mayor número de personas. Al final daré unas fórmulas para los más estudiosos.

Pertenezco al mundo de las telecomunicaciones y  es desde ese campo, aunque a priori pueda parecer que no tiene nada que ver con los “temblores”, es en el que voy a basarme para dar una explicación.
Les sugiero a los que me están leyendo que cojan una radio. Podéis observar que dándole al dial podemos sintonizar distintas emisoras de radio. ¿Os imagináis el “batiburrillo” que se originaría si hablaran todas las emisoras juntas?  Nuestra radio tiene un sintonizador para que ese “batiburrillo” no ocurra, ese sistema se encuentra después de la antena y básicamente consta de una bobina y un condensador,  LC, que entra en resonancia para dejar pasar solo la frecuencia de la Emisora que nosotros pretendemos escuchar.  Estamos hablando de frecuencias comprendidas entre 500Khz y 100Mhz que corresponden a la AM 500Khz (Amplitud Modulada) y la FM 100Mhz (Frecuencia Modulada)
¿Qué ocurre si pasamos de los canales de TV (UHF entre 400 y 700Mhz) y nos vamos a la banda de las microondas, entre 3 y 20 Ghz? Aquí podemos utilizar para sintonizar, en lugar de la LC de  nuestro aparato de radio, las célebres cavidades resonantes que pueden tener una dimensiones reducidas y manejables. Estas cavidades pueden tener unas dimensiones similares a un bote de pastillas, que se ajustan con equipos de laboratorio muy especializado y… caro.

En el campo de las microondas son muy importantes las cavidades resonantes y se utilizan muchísimo para osciladores, filtros, sintonizadores etc.
¿Podríamos utilizar cavidades resonantes para nuestro aparato de radio? Sí, podríamos utilizarlas pero… no son prácticas, ya que son muy grandes. Estas cavidades, para un aparato de radio, podrían tener las dimensiones de dos bombonas de butano.
¿Qué tiene que ver todo esto con nuestros “temblores”?
Nuestra radio-receptor funciona porque recibe unas ondas electromagnéticas que se propagan por el aire y que nosotros somos incapaces de detectar. Sólo podremos apreciarlo si disponemos de un elemento receptor que nos capte la onda y nos la demodule para que nuestros  oídos, vista en caso de la TV,  puedan captarla.
¿Y los “temblores”? Los temblores se originan porque aparece un nuevo e importante elemento “las ondas sísmicas”. Las ondas sísmicas son producidas por movimientos de tierra, terremotos al desplazarse dos placas tectónicas, vibraciones inducidas en la superficie etc. Estos terremotos, vibraciones etc., serian nuestra “Emisora de radio”, es decir, son la fuente que generan nuestras ondas sísmicas y que se propagarían por el subsuelo y la biosfera pudiendo llegar a la estratosfera para reflejarse y volver hacia la tierra. Estas ondas pueden entrar en un espectro de frecuencias bajas y por lo tanto no detectables por el oído.
Os recuerdo que nuestro oído está preparado para las frecuencias comprendidas entre 300Hz y 15Khz, la mayoría no llegamos a esos límites y nos conformamos con la banda comprendida entre los  500Hz y 9KHz, los teléfonos públicos no pasan de los 4Khz.
¿Y los “temblores”? Si ya hemos descrito nuestro “Emisor” ¿Cual sería el receptor? Si volvemos a nuestras cavidades resonantes y las adaptamos a las frecuencias bajas observamos que nuestra cavidad debería de tener unas dimensiones  descomunales, varios kilómetros de larga y una gran altura. Es decir, una gran GRUTA en el subsuelo que al recibir las ondas sísmicas hicieran que entrara en resonancia y debido al gran aporte de energía  produjera un “temblor” que se pudiera  apreciar en la superficie. Similar a un pequeño petardo metido en una caja cerrada.
En Sabiote y Torreperogil se originó un “terremoto” en el año 1755. ¿Cual fue la causa? La causa fue el terremoto de Lisboa de 8,9º Richter. El terremoto de Lisboa fue el 1 de Noviembre de 1755, día de todos los Santos, ese mismo día  llegó a Sabiote y Torreperogil la onda sísmica,  una especie de “tsunami terrenal”. Tenemos el elemento Emisor: el terremoto de Lisboa; y tenemos nuestro elemento Receptor: La GRUTA (cavidad resonante) del subsuelo de Torreperogil y Sabiote.
Aunque el terremoto se dejo sentir en toda la península, sin embargo, me pregunto: ¿Porqué se sintió más en Torreperogil y Sabiote que en otros sitios más cercanos al epicentro?
Y ahora… ¿Qué está originando los temblores? Seguro que algunos ya sabéis la respuesta.
Seguiré.
25 de Enero de 2013
Hoy hace un mes que expuse por primera vez mi hipótesis públicamente. Puede parecer un juego pero yo no me atrevería a jugar con algo que considero muy serio. Estoy seguro que las personas expertas que han dado sus explicaciones les ha ocurrido lo mismo. Por lo tanto, y desde el respeto, sigo con mi versión.
El 25 de Diciembre añadía una nota premonitoria, ¿se acuerdan?
Nota.
Observen como bajan el número de sismos en los días de fiesta, es decir, cuando no hay actividad laboral en los lugares mencionados.
No sé si han contabilizado este fenómeno, yo, la verdad, lo he revisado por encima, pero me hizo gracia un apunte, en tono irónico, que hizo una persona en facebook, en el puente de primeros de año, comentó: “parece que los “terremotos” se hayan ido de puente”. Esto de alguna manera viene a corroborar mi predicción. Añado este otro interesante apunte
Vamos a seguir haciéndonos preguntas:
¿Porqué algunos temblores aparecen de madrugada cuando, en principio, no existe actividad laboral?
Para que se origine un temblor se necesita, además de la actividad laboral, unas condiciones que normalmente son aleatorias. Durante la actividad laboral originamos vibraciones que transmitimos a la tierra y que no se propagan hasta la cavidad de forma inmediata, tiene un proceso que puede durar unos días u horas hasta que se origina nuestro  temblor. Para los expertos en electrónica, sería similar a ir cargando un condensador en el que no aparece la “chispa”  hasta que no cortocircuitamos sus bornas.
Para eliminar los temblores, según mi hipótesis, debería de desaparecer la actividad laboral, al menos, una semana.
Seguiré…
26 de Enero de 2013
No está nada mal. Ya hay personas que sienten curiosidad por nuestra “hipótesis” de la “Gruta resonante” de Torreperogil y Sabiote.
Hoy vamos a dar un pasito más. Podríamos “entrar a matar” pero este “toro” nos va a dar algo más de sí.
Si leemos lo que nos dejaron escrito nuestros antepasados sobre el terremoto de 1755 podemos sacar importantes conclusiones.
Tuvimos la suerte que ese día, día de todos Los Santos, estuvieran en misa y pudieran constatar dos cosas:
1ª En Sabiote observaron como la torre de nuestra querida Iglesia de San Pedro, y según sus palabras textuales: se “cimbreaba” hasta tocar las campanas.
2º En Torreperogil, la torre de la iglesia quedó ”con un poco de vencimiento” (palabras del informe que se dió en 1755) y se tuvo que restaurar 45 años después, por peligro de derrumbe.
Después de tantos años seguimos observando como los torreños se siguen llevando la peor parte. ¿Porqué?
La razón es porque nuestra hipotética gruta está ocupando más zona de Torreperogil que de Sabiote.
¿Porqué las iglesias? ¿Qué ocurrió con las casas? Seguro que algunas casas sufrieron desperfectos pero nos vamos a fijar en las Iglesias ya que son, por regla general, los edificios más altos de los pueblos.

Al entrar la onda sísmica en la gruta se origina una serie de ondas de alta energía que escapan en todas direcciones. Las aguas de los pozos se elevaron, llegando algunos a rebosar. Los edificios altos “se cimbrean” (utilizando las palabras de nuestros “abuelos”) al atravesarlos una onda sísmica de baja frecuencia y alto nivel energético. Todos recordamos el movimiento de los rascacielos de Japón en el último terremoto de Fukushima, estos edificios no se caen porque en su base están preparados con una fuerte zapata de caucho que les permite moverse sin provocar su rotura.
Se me ocurre un ejemplo bastante gráfico de nuestra infancia. ¿Os acordáis cuando jugamos al látigo? Sí, aquel juego que consistía en formar una cadena, agarrados de la mano, en el que uno hace de “locomotora” y empieza a correr con todos los demás detrás hasta que, el que hace de locomotora se para y los últimos de la fila se sueltan o se estampan contra el suelo. Algo parecido les ocurrió a las Iglesias, con el terremoto, pero en sentido vertical. La parte alta de la iglesia hace de cola en nuestro juego.
Seguiremos…
27 de Enero de 2013
Es para mi un motivo de garantía el que mi “profe” de tecnología, José Luis Cañas, considere lógicas mis propuestas y que a Paco lo tenga “enganchao” al desarrollo de la “hipótesis de la GRUTA.” Gracias a los dos.
Prosigamos sin perder de vista las torres de nuestras Iglesias. En física existe lo que se llama “procesos reversibles”. Es decir, conseguimos resultados opuestos invirtiendo el proceso. Ejemplo: Las baterías de los móviles: pueden tanto dar como recibir energía. Las dinámos de los coches: pueden dar energía girando su rotor y gira el rotor si le damos energía, etc.
Apoyándonos en los procesos reversibles vamos a tratar de explicar los “temblores”. Para ello vamos a invertir el proceso. Vamos a generar una onda sísmica que llegue a nuestra  “gruta”, de esa manera puede que entre en resonancia y consigamos que la tierra “tiemble”.
Fijándonos en las torres de nuestras iglesias, el proceso “reversible” sería inviable. No creo que los habitantes de Torreperogil nos dejen tirar la torre de su Iglesia y que en Sabiote nos dejen colocar en lo alto de la torre de la Iglesia de San Pedro, obra de nuestro genial Vandelvira, unos vibradores, de los que se utilizan en la aceituna, para conseguir que se “cimbree” la torre de la iglesia. Seguro que el consistorio en pleno me sacaría en volandas de la “Muy noble y Leal Villa de Sabiote”. Por lo tanto, nos vamos a ir a un descampado entre Torreperogil y Sabiote, más cerca de Torreperogil, para hacer nuestro experimento. El motivo de hacerlo más cerca de Torreperogil  es para estar más cerca de nuestra hipotética gruta.
¿Qué vamos a utilizar para simular las torres de nuestras Iglesias? Evidentemente, utilizaremos algo que sea fácil y poco costoso. ¿Qué os parece unas columnas de hormigón? Si, como esas que se utilizan para construir puentes. Bien, de acuerdo, proseguimos.

Para conseguir las vibraciones, se me ha ocurrido colocar una carretera encima de nuestras columnas para que cuando pasen los automóviles y camiones sean ellos los que generen las ondas que necesitamos para nuestro experimento.
Estás ondas sísmicas, generadas por nuestras columnas de hormigón y los vehículos, van a entrar en nuestra gruta y, en un proceso aleatorio, podrán originar nuestra buscada resonancia creando los ya conocidos “temblores”.
En los procesos aleatorios, nuestras ondas se sumarán (están en fase) y en otros casos se anularán (están en contrafase) por eso no podemos tener una causa-efecto que sea inminente. Tendremos que esperar a que la caprichosa naturaleza nos dé su respuesta.
Es probable que tengáis alguna pregunta que tire por tierra esta hipótesis. Me gustaría saberla.
¡Ah! y no olvidéis la pregunta del millón.
Gracias por vuestra atención.
José Jesús Aranda González

λ=cf
λ=longitud de onda
c=frecuencia de la luz=3108metros/s
f=frecuencia del Emisor
Bibliografía: Campos y Ondas
Autor: SIMON RAMO
Editorial: PIRAMIDE
5 de Marzo 2013
Nuevos acontecimientos y nuevos temblores me motivan a retomar esta hipótesis: “La de la gruta resonante”.
El día 11 de febrero me entero, a través de facebook, de la existencia de unas galerías en el subsuelo de Torreperogil. Es verdad que esto ayuda a comprender lo que está ocurriendo en Torreperogil pero seguimos haciéndonos preguntas.
¿Son estas galerías la causa final de nuestros temblores? Podría decir que si y quedarme tan tranquilo pero ese “si” a mi no me convence. Lo que si me convence es que esas galerías son “la carretera” por la que circulan nuestras ondas sísmicas. Si nos trasladamos a las ondas electromagnéticas, a esas galerías, las llamaríamos: “guías de ondas”.
Por lo tanto, sigo pensando que nuestra GRAN GRUTA está por descubrir.
Me preguntan, a través de las redes sociales, si el agua puede originar nuestros temblores.
Al principio de la hipótesis comentaba que nuestras cavidades pueden entrar en resonancia por vibraciones externas. Teniendo en cuenta esta consideración, pregunto: ¿Consideráis que cuando llueve abundantemente, en el salto de la Corregidora, no se generan las suficientes “vibraciones” como para escucharse en el propio Sabiote?
Si nos trasladamos a nuestra gruta y nos imaginamos una entrada de agua, en forma de Corregidora, comprenderemos que podemos tener las vibraciones necesarias para que se origine la resonancia.
Me pregunto, os pregunto: ¿Porqué en años anteriores, de más lluvia, no se originaba ningún temblor?
Seguiremos…
7 de Marzo 2013
Mientras los lugareños buscan algún embalse que de forma artificial se haya originado recientemente, yo, voy a seguir madurando nuevos e importantes datos que me han llegado.
El otro día me comentaba un excelente amigo de Sabiote, que vive en Torreperogil, que por Torreperogil, antiguamente, pasaba un río que por motivos urbanísticos se soterró.
El 5 de Marzo hablaba de una “carretera” para nuestras ondas sísmicas, esta carretera es de doble sentido, es decir, podemos producir vibraciones que vayan a nuestra gruta y recibirlas cuando a la gruta le dé por “eructar” (entre en resonancia).
¿Cómo podemos evitar que nuestras ondas viajen por nuestras galerías? Pues actuando lo mismo que se hace con una carretera: “desviando el tráfico”
Es muy probable que nuestras galerías tuvieran salida al exterior por las que nuestras ondas salían sin ningún problema. Si tapamos esas salidas obligamos a nuestras ondas a buscar otras vías por donde salir y saldrán por donde les sea más fácil.
Pregunto: ¿Se han tapado, últimamente, salidas al exterior, pozos, por donde pasa nuestro río? Si la respuesta es “si”, estaremos “obligando” a nuestras ondas a ir justo por donde pasaba el río, por debajo de Torreperogil.
La solución es obvia: Abramos de nuevo, al exterior, nuestros pozos.

En este dibujo se puede comprender fácilmente que transitar por las galerías, cuando se produce un temblor, puede ser muy peligroso.
Seguiré…

11 de Noviembre 2013
Hoy he leido en el periódico digital eldiario.es lo siguiente:

Trabajo en materia preventiva

En lo que sí se puede trabajar ya es en materia preventiva. De hecho, Carreño ha explicado que un técnico del instituto ha visitado “barrio por barrio” ambos municipios para intentar determinar “por qué ha habido  esas amplificaciones tan grandes, por qué dentro de una misma población hay unas variaciones tan importantes” en cuanto a la intensidad de los terremotos. Esto “los alcaldes lo van a tener en cuenta, seguramente, en próximas infraestructuras” para determinar qué zonas de sus municipios son más sensibles a los movimientos.
Quiero resaltar, y creí que lo había dicho, que dentro de Torreperogil habrá gente más preocupada que otra porque a todos no le afecta de igual manera. Los temblores los notarán más las personas que vivan en pisos altos y los que estén más cerca de las galerías subterráneas, que sabemos que existen.
Sé de buena fuente que en Torreperogil se soterró un río. Aquellos que tengan sus casas encima, o cerca, del curso de este río subterraneo también lo notarán más. Aquellos que tengan pozos en sus casas también podrán sentirlo más.
Seguiré

Por Pepe Aranda

Autor de esta WEB y de las hipótesis sobre los terremotos.