Ya saben, define a aquello que quiere aparentar una elegancia o complejidad que, en realidad, no tiene. La advocación de su adjetivo coloquial, fue lo primero que me sugirió,  lo que provocó estas palabras, sobrevenidas de repente al entrar el pasado viernes por donde la Guardia civil de Huesca y encontrarme en su rotonda un anuncio tan pequeño como todas las cosas pequeñas de esta pequeña ciudad. Anuncio que dice literalmente, como lo leen: Bienvenius/ Huesca/ Ziutat Bilingüe.

Y, quedándome conmocionado, al borde del accidente, para reponerme, no pude por menos que dar tres vueltas más a la rotonda, para leer y releer el narcisista letrerito, tan alejado de la realidad cuál si fuese un espejismo del cercano desierto monegrino. Puesto ahí, sin duda, con ambición de nobiliario escudo de vanidad que pueda comunicar urbi et orbe, ahora que la TV nacional anda en luna de miel con nuestro fútbol, un inexistente hecho diferencial.


Un mentiroso cartel/anuncio que pasando de todo recato, casi me hace llorar, he de confesarlo, pero no crean que porque oliera a cebolla, dado el próximo Supermercado, sino porque a estas alturas de la vida, siempre que alguien se pone ante mí a exhibir su patriotería o provincianismo del género que sea, me acaba por producir estupefacción, preocupación y lo antedicho, casi las lágrimas.

Visto lo visto, seguí hasta casa conmocionado y pensando en el gol que el Ayto nos acababa de colar, por plena escuadra y en cultas palabras de ministra, sin tan siquiera consultar con el moderno VAL futbolero o su equivalente ciudadano y democrático: un pequeño referéndum que validara su aserto, ya saben, el que vivimos, aunque ustedes y yo mismo lo desconozcamos, en una ciudad de dos lenguas.

Hasta puedo entender, aunque sea con esfuerzo, bien es verdad, el que haya gentes que anteponiendo la moderna cultura antropológica y de la imagen a la verdadera cultura de los libros y el auténtico saber, puedan soñar con que lo mejor que les pudiera pasar a nuestros nietos, fuera el hablar y pensar no en las lenguas de Shakespeare o de Cervantes, sino en la de cualquier perdido rincón o valle Pirinaico. Y, puedo entender también, que en estos tiempos tan de la imagen, haya gentes con ganas de ser y aparecer siempre como si fueran el alma de la fiesta o por qué no, también el aprovechado sujeto de la recepción de subvenciones oportunas. Allá ellos y su responsabilidad personal para con los suyos. Y hasta puedo entender, y sigo entendiendo, con perdón, la Kafkiana sensación de vanidad y el subidón de adrenalina de los francotiradores de esta guerrilla urbana que ni sé quiénes son ni me interesa lo más mínimo el saberlo.

Escribo, simplemente, porque me hieren todas las imposturas: los fingimientos o engaños con apariencia de verdad. Que no otra cosa es lo que es la pancartita de marras. Por eso lo denuncio, aunque vaya Vd. a saber, igual se trata de un acto fallido del subconsciente colectivo que pretende materializar toda la Magia capaz de esta Huesca hecha verbo.
¿Qué otra cosa puede ser, sino,el que Iluminados Magos hayan sido capaces de sacarse de la chistera a toda una ciudad hablando lo que les interesa, de la noche a la mañana? Así, con un par. Milagros de la magia y la política, faltaría más…. ¿y, porqué no, pensarán ellos?

Recuerden a los cucos, esos listillos e interesados pajarracos que suelen poner sus huevos en el nido ajeno para que los demás los vayan sacando adelante. Valga la metáfora sobre el asunto que nos trae, sí, porque el contradiós del huevo, es simétrico a este atropello de nuestros responsables políticos, pagando los dos mil y pico de euros que ha costado la fertilización in vitro de la pancartera criatura, para no parir más que una milonga. Y, ante esta auténtica desviación de la naturaleza, como la del cuco, poniéndonos un huevo a la entrada de nuestra querida ciudad, con ánimos de que con nuestro silencio lo vayamos incubando todos, he decidido como médico, hacer esta medicina preventiva, no incubándoselo yo también, sino diciéndoles esto… ¡ya vale con toda la patogénica contaminación amarilla de nuestras calles y con toda la invención y subvención del invento nuestro de cada día!

Mientras veía el engallado “anuncio”, no podía dejar de recordar, también de forma metafórica, al gran Napoleón, a aquél que llegó a Emperador, sin haber sido antes ni tte ni capitán. Aquél que llegó a Jefe de un solo golpe. Como la pretendida doble lengua a nuestra ciudad, vamos.
Pero ¿por qué nos habrán usurpado nuestra democracia y algunos políticos, suplantándonos a todos en las cosas esenciales, se considerarán los verdaderos intérpretes y representantes de la comunisopinio?.¿Por qué permitirán, sin mayor dureza, la caprichosa invasión del espacio público con mierda amarilla o eslóganes sobre pretensiones de cargas genéticas lingüísticas?

Cosas que no dejan de ser otra cosa que simples semillas de enfrentamiento y odios presentes y futuros. ¿Acaso no hemos aprendido nada de la dividida Cataluña?

Para acabar, ¿No debería estar nuestro Ayto para impedir, más bien, el que cualquier imposición de una minoría, de cualquier grupúsculo identitario, a los que se les pudiera subir los humos a la cabeza, encima se publiciten a costa del bolsillo de todos nosotros. O es que acaso, la comunidad rumana, la china o la caló, más numerosa posiblemente en nuestra provincia, podrían poner también su pancarta de forma anexa?

¿Pero cómo es que en Aragón, región a la que alguien. Histórica y sabiamente hablando, tiene definida como la síntesis de todas las Españas, se permite esta estulticia, el decir lo que se dice sobre la lengua en la que llevamos siglos amándonos y perdonándonos?

Que lo otro, el hablar identitario, de sobra lo sabemos todos, corresponde solamente al cuatro coma ocho de la población en sus variantes de Cheso, Chapurreao de Matarraña o Patué de Benasque…Vivir para ver!!!

Luis Manuel Aranda
De la sociedad española de médicos escritores

Por Luis Manuel Aranda González

Luis Manuel Aranda. Médico Otorrino. De la Sociedad española de médicos escritores.

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